Para saber si eres un corredor rápido tienes que evaluar tu máxima velocidad aeróbica, el ritmo más rápido que eres capaz de mantener durante varios minutos entre 6 y 7 aproximadamente.
Es tu capacidad de correr lo más rápido posible aportando la suficiente cantidad de oxígeno a tus músculos. Tener una buena velocidad de base y mejorarla es la garantía de poder moverte más cómodo en una gran variedad de ritmos, tanto en el entrenamiento como en la competencia. Al contrario, una máxima velocidad aeróbica que no se trabaja es un freno para tu progresión.
¿Cual es tu máxima velocidad aeróbica (MVA)?
Puedes obtener una buena referencia con un test de 2,000 metros planos.
Estira debidamente y calienta con un trote de 20 minutos, a ritmo de 75 a 80%, seguido de tres aceleraciones progresivas de 20 segundos terminando muy fuerte.
Haz 2,000 metros planos en pista (5 vueltas de 400 metros) o en una zona llana que tengas medida a la máxima velocidad que puedas, haciendo el último 1,000 un poco más rápido que el primero.
Calcula tu máxima velocidad aeróbica
A partir de tu tiempo en 2,000 metros, divide entre dos. Si has hecho 8 minutos y 10 segundos, en el 2,000 tu MVA es la mitad 4 minutos y 05 segundos por kilómetro.
Prueba de esfuerzo
Con una prueba de esfuerzo podrás obtener datos más fiables. Suele ser incremental y es la mejor forma de conocer tu consumo máximo de oxígeno (VO2 máximo) y ver qué velocidad llevas en ese momento, que será tu MVA.