Las atletas Nikki Hamblin y Abbey D’Agostino fueron las últimas en llegar a la meta este martes en la segunda serie de la primera ronda de los 5.000 metros en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Las dos pasarán a la final, sin embargo, los jueces han premiado el gesto de deportividad de ambas que, tras caer, se apoyaron mutuamente.
La neozelandesa Nikki Hamblin, vestida de negro, cayó tras chocar con otra corredora. Abbey D’Agostino, con outfit azul, tropezó con ella y se fue también al suelo. D’Agostino se levantó y ayudó a Hamblin a incorporarse. Ambas comenzaron a avanzar pero la estadounidense cojeaba y después de unos metros, volvió al suelo con un gesto de dolor. Hamblin, que sí se encontraba bien, le devolvió el gesto y se paró a ayudarle.
Las dos atletas marcaron al final 16 minutos, 43 segundos y 36 centésimas y 17 minutos, 10 segundos, 02 centésimas, aunque el tiempo ya no era relevante, trás ganar la etíope Almaz Ayana. El resultado no les servía para pasar a la final pero los jueces consideraron que su espíritu deportivo bien valía una recalificación.
En la meta, a donde D’Agostino llegó en silla de ruedas, ambas se fundieron en un abrazo ante un público que las aplaudió emocionado. Aquí es donde verdaderamente las naciones se unen mediante el espíritu del olimpismo y el deportivismo universal, gran ejemplo para todos en el mundo.