El equipo varonil de Gran Bretaña, liderado por Bradley Wiggins junto a Edward Clancy, Steven Burke y Owain Doull, sigue dominando el ciclismo de pista al implantar un nuevo récord en la prueba de persecución.
El cuarteto británico cronometró 3:50.265 para llevarse la medalla de oro, superando a Australia. Previamente, en semifinales, habían impuesto una nueva marca con 3:50.570, más de un segundo mejor que su anterior registro, en Londres-2012 (3:51.659).
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