Tras caerse de un rocódromo y sufrir una importante lesión en la espalda, este corredor de Colorado no sabía si podría volver a caminar y ni siquiera a correr de nuevo; dos años después consiguió volver a terminar un ultra trail de 100 millas con un resultado impresionante.
La vida de Joel Anderson cambió en cuestión de segundos; era 2013 y escalaba en un rocódromo de Colorado. Tras completar una vía, Joel olvidó asegurarse apropiadamente, lo que acabó con una caída de cerca de 13 metros, que automáticamente provocó la estupefacción de todos los que allí estaban presentes.
Anderson no podía apenas moverse y el dolor en la espalda era insoportable; fue trasladado al hospital, se había fracturado una vértebra y necesitaba cirugía inmediatamente, con la incertidumbre de cómo iba a recuperarse de una lesión tan grave.
Se le implantaron varios clavos y poco a poco Joel Anderson fue recuperándose de sus graves heridas, pero las dudas eran importantes. Y es que Anderson no sabía si podría volver a disfrutar de sus deportes favoritos, todos ellos relacionados con la montaña: desde la escalada, al senderismo y pasando por los ultra trail y el montañismo clásico.
«La vértebra que me rompí es la T12 y se me soldaron todas desde la L2 a la T10, lo que significaba que una parte significativa de mi columna no se podría mover más. También que debía llevar una vida sendentaria de tres meses, y no podría correr hasta los seis meses como mínimo» relata Joel Anderson.
Antes del accidente, Joel Anderson ya era un enamorado del trail running; tras décadas escalando, se decidió a dar el paso a correr. Tras comenzar por el asfalto, pronto se aficionó a correr por la montaña, donde finalizó varias carreras de 50 millas, alguna de ellas llevándose el podium.
Incluso en 2012 ya tuvo su primer contacto con la mítica distancia: las 100 millas. Para ello eligió la Leadville 100, que se disputa en el mismo estado de Colorado. No pudo acabarla tras retirarse tras tres cuartos de recorrido completado. Al abandonar ya tenía en mente volver el año siguiente para completar su desafío, pero no pudo.
Tras el accidente, Anderson no paró de luchar en su recuperación. Sólo el proceso de cicatrización de los huesos le llevó seis meses; posteriormente, llegó la fase de rehabilitación, con ejercicios constantes y con el peligro de que cualquier paso en falso pudiese llevar todo el esfuerzo a la basura y tener que comenzar desde el principio.
“Las lesiones nos entristecen e incluso deprimen. Cuando me lesioné, una parte de mí pensó que no volvería a correr y a explorar la naturaleza de ese modo. A menudo me sentía sin esperanzas y deprimido. La forma de salir de esa zona oscura fue manteniendo el control de mi cuerpo” reconoce Anderson.
Llegaba a caminar 80 millas semanales durante este periodo, de forma que no perdiera la fortaleza muscular en sus piernas. Además, mantuvo una estricta dieta basada en frutas y vegetales para mantener los niveles de peso adecuados. Así, cuando su espalda estuvo lista, comenzó a correr y unos meses después de su accidente ya entrenaba decenas de millas corriendo a la semana.
Las primeras carreras las completó en el asfalto, incluyendo un maratón en menos de tres horas; el siguiente objetivo estaba claro: volver a Leadville a acabar uno de los mayores retos de su vida. Un año y unos meses después de su accidente, Joel llegaba a la meta de la Leadville 100 en 22 horas y 37 minutos.
Pero no fue suficiente, porque Joel pensó que podía haberlo hecho mucho mejor y se puso manos a la obra. Siguió entrenando hasta que el pasado verano regresó a Colorado para competir en la mítica prueba. Tras una primera mitad con algún problema y apenas 25 minutos de mejora con su tiempo de 2014, el regreso a la meta fue espectacular, con unas últimas 50 millas en las que rebajó su anterior tiempo hasta llegar como décimo de la general y octavo en categoría masculina con un tiempo de 20 horas y 09 minutos.
“Romperme la espalda ha cambiado la forma que tengo de ver la vida, el riesgo y la recuperación. Tener una lesión así te abre los ojos sobre lo frágiles que somos y hace que la vida sea motivo de celebración. Valoro cada momento que tengo para usar mi cuerpo e interactuar en el maravilloso mundo en el que vivimos” apuntaba Anderson a TrailRunner Mag.
“Si estás recuperádote de una lesión, podrás ver muchas cosas descorazonadoras en internet. Sólo tienes que recordar que las personas que se recuperan de estas lesiones no son aquellas que escriben en los foros, son las que miran más adelante y son activas” finaliza Joel como consejo a todo aquel que sufre una lesión de consideración.
Tras la Leadville 100, su siguiente reto no es menos ambicioso: volver a la escalada deportiva, su gran afición. No será fácil, pero desde 2013 nada lo ha sido para este corredor que ha conseguido demostrar la fortaleza de una persona cuando realmente quiere hacer realidad sus deseos.