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Alma Cardenas Azamar, originaria del Puerto de Veracruz, Licenciada en Educación Primaria por la Universidad Pedagógica Nacional, Ingeniera Civil egresada de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Veracruz y triatleta, tenia un sueño por cumplir con el Maratón, una mujer llena de metas, retos y confianza, que siempre ha buscado superarse así misma, sin límites ni ataduras, fue en el maratón más antiguo del mundo, en Boston donde llevo acabo en este 2017 uno de sus máximos sueños como deportista y en exclusiva para Running Life, nos comparte su historia de vida.
Todo empezó en 2012 cuando corrí mi 1er maratón, la XXX Edición del Maratón de la Ciudad de México, hice 4:21:19. Leí en una revista del evento sobre el Maratón de Boston, por mi edad y mi género me pedían 3:35:00, en esos momentos de verdad sonaba muy loco lograrlo, tenía que bajar mi tiempo más de 50 minutos, pero soy de las que piensan que todo es posible si trabajas por ello, aparte de que siempre me han gustado los retos y ganarme un lugar para estar ahí no sería la excepción.
No tarde ni un mes y me inscribí al Rock n Roll San Diego Marathon en junio 2013, lo corrí en 4:07:05, aunque baje mi tiempo no lo logre, pero eso no me iba a parar y me inscribí para enero 2014 al Walt Disney World Marathon en Orlando, hice 3:48:13, seguí bajando mi tiempo, pero aún no era suficiente. Continué entrenando más, empecé a cuidar mi alimentación, lo quería tanto que estaba dispuesta a poner todo de mi parte para lograrlo.
Ese mismo año en agosto volví por la altimetría como entrenamiento a México, donde todo se había iniciado, pues 8 semanas después en noviembre correría el TCS New York City Marathon, en México hice 3:50:24 , baje mi tiempo casi 31 minutos en comparación con el del 2012, eso era una buena señal había mejorado y eso se reflejaría en New York, pase muchas horas al aire libre, juré que no soportaría hasta el arranque, sufrí la espera, el frio y una caída al km 32, pero si lo hice y con un tiempo 3:36:59, no lo podía creer solo 1 minuto 59 segundos lejos de lograrlo, ya casi lo tenía sabía que en el siguiente lo lograría.
No estaba dispuesta a tirar la toalla, nunca sentí decepción, solo tenía ganas de entrenar y esforzarme cada vez más y más fuerte. Los buenos resultados no son gratis y esperar a que el día del evento pase algo excepcional de la nada no sucede, no basta solo con ir a entrenar, hay que entrenar con inteligencia, seguir un plan, respetar las sesiones y hacerlas a conciencia, el corazón se guarda para el día del evento, para que te de ese plus, extra o como sea que le llame cada quien, para ir más allá de lo que es posible lograr entrenando. Para mí la fórmula del éxito en un maratón es piernas, mente y corazón.
2014 fue un año intenso pues no sólo había competido en 3 maratones sino carreras de 5k-10k-21k, rodé y corrí en un triatlón 70.3 en relevos y me inicié en el triatlón.
Al ver que me había resultado bien de entrenamiento Ciudad de México previo a New York con 8 semanas de diferencia, para 2015 programe México en agosto y Chicago Marathon en octubre, ahora lo haría con 6 semanas de diferencia entre México y Chicago. Mientras de enero a agosto del 2015 hice triatlones sprints y un par de largas distancias para mantenerme activa.
Ese año en México corrí en 3:51:10, subí menos de un minuto al del 2014, llovió antes de iniciar y después hizo mucho calor tal vez esa fue la razón no lo sé.
6 semanas después llego Chicago, había estado entrenando mucho, en el fondo iba muy confiada en que ese era el bueno, que obtendría mi tan esperado BQ (Boston Qualifying), sin embargo, siempre existe el factor X, lo impredecible, solo hay que mantener la calma y tener la capacidad de adaptarse a cualquier cambio que sea necesario hacer ante cualquier circunstancia.
Pero ese día no hubo factor X, todo salió conforme a lo planeado de principio a fin lo supe, me propuse correr tan rápido como me fuera posible, me prometí ver el reloj solo cada 5km, desde el primer tapete vi que tenía minutos a favor, y así siguió sucediendo en cada tapete, estaba tan feliz, lo estaba logrando, al final ya se me doblaban un poco las piernas, pero aun así traía el tiempo a favor. Lo logre 3:32:06 ya era a Boston Qualifier.
Sin embargo, no cantaba victoria pues como sabrán dar el tiempo de clasificación no lo es todo. Boston es un maratón al que no solo van «los corredores más veloces» sino «los más veloces de los más veloces». A que me refiero, la clasificación te da el derecho para poder aplicar a la inscripción, y de ahí una vez validando tu tiempo hay un proceso en el que le dan prioridad a los corredores que clasificaron con mejor tiempo y así se van inscribiendo sucesivamente, es decir que con dar el tiempo no logras entrar en automático, así que tuve que esperar hasta septiembre de 2016 para poder aplicar, pues yo clasifique en octubre 2015 y las inscripciones para el 2016 ya habían pasado, por lo que me tocaría hasta el 2017 en caso de entrar.
Mientras llegaba septiembre 2016 para empezar el tan esperado proceso de inscripción, hice algunos triatlones y se me ocurrió correr en marzo el maratón Lala en Torreón, Coahuila, según yo para no empolvarme. No entrene tanto y lo sufrí más que todos los anteriores, aun así, hice 3:49:53.
BOSTON 2017
Se llegó la fecha, ahora muy feliz y realizada puedo contar lo que viví el pasado lunes 17 de abril cuando corrí por 1ª vez el Maratón de Boston, uno de mis más grandes sueños y el de todo maratonista, un evento tan cálido, lleno de historia y tradición, pero sobre todo de buena vibra que emanan todos los que forman parte de él desde maratonistas, organizadores, espectadores hasta los mismos voluntarios, como no querer estar ahí y vivir esa gran fiesta del maratón como me gusta llamarle.
Todo el proceso desde mi primer maratón hasta Boston ha sido de mucho aprendizaje, no considero que en los eventos que no logre la clasificación fuesen fracasos, de todos retome algo que me sirvió para ser mejor en el que seguía y así sucesivamente, siempre acercándome al objetivo. Fue un largo camino para llegar hasta ahí, pero con disciplina, constancia y tenacidad logre obtener un lugar en el tan anhelado paraíso de los maratones.
Yo clasifique en mi 7o maratón en octubre del 2015 en Chicago, no cabía en mi tanta emoción y felicidad. Quería que el tiempo pasara rápido para estar ahí, pero las inscripciones para el 2016 ya habían sido en septiembre, por lo que me tocaba una larga espera hasta septiembre del 2016 para enviar mi solicitud y poder estar ahí en abril del 2017. Lo escribo y sigo sintiendo toda esa emoción y satisfacción que me ha hecho sentir desde el primer día que me tracé está meta.
Había escuchado muchos comentarios sobre la ruta del maratón de Boston, que son muchos columpios, subidas y bajadas pronunciadas, incluso me dijeron que me reservará al principio ya que arrancas en bajada y el golpeteo después cobra factura. Todo eso fue cierto, pero es tanta la adrenalina cuando dan la salida, que es casi imposible controlarse, si no fuera porque somos tantos que es difícil pasar entre todos para ir más rápido, aun cuando nos dividen en muchos bloques. Lo único que desconocía es que haría mucho calor, nada bueno para un maratón, pero después de haber competido en un Ironman 70.3 en Campeche en marzo y haber sido relevo de carrera en un 70.3 en Veracruz 3 semanas antes ya nada podía ser peor.
Tenía la duda de si ahí mismo en Boston era posible volver a clasificar, pero con lo que me habían dicho sobre la ruta y que me sentía exhausta y harta de los entrenamientos me desanimé un poco y ya no investigué, pero mientras esperaba en mi corral para el arranque no pude resistir y le pregunté a una mexicana que ahí se encontraba si era posible y me dijo que sí que ella había clasificado ahí el año pasado, inmediatamente se me cambio el chip y dije de aquí soy.
Mi plan fue aprovechar las bajadas, pero sin abusar no menos de 4:20 mins/km y echarle ganitas en las subidas para mantener el ritmo a no más de 5:10 y en los planos mantenerme en 4:40 a 4:50 mins/km. Al final resultó bien logre promediar abajo de 5 mins/km, algo que no había logrado en un maratón hasta ese día. No solo logre volver a clasificar también hice mi mejor tiempo en maratón hasta el momento 3:28:19 y por primera vez promedie abajo de 5 mins/km, logrando ocupar el lugar #17 en el top 25 de las mexicanas más rápidas en Boston.
En el camino me encontré a una mexicana, Mariana de Guadalajara, por momentos ella jalaba y en otros yo y así nos fuimos casi todo el evento, se me fue muy rápido de hecho, pero eso sí disfrute cada km, me esforcé en cada subida, agradecí cada bajada y las porras de la gente, me alegro la música por todos lados y cada que alguien gritaba mi nombre o «Vamos México», mejor ambiente imposible, es Boston y ahora que lo viví sé porque todos quieren estar ahí y volver, no hay nada que se le compare, superó mis expectativas por mucho.
Yo siempre creí que lo lograría, que no sería fácil pero como dice mi entrenador «Todo es mejorable». Como todo hubo quien me dijo que si en mi 1er maratón había hecho 4:21:19 como podía aspirar al 3:35:00 para obtener la clasificación, a lo que solo me reí y conteste que, si lo haría, yo nunca lo dudé, esto me lleva a reflexionar que, si yo hubiera tirado la toalla por pensar en eso como algo muy lejano de lograr y nunca lo hubiera intentado, no hubiera llegado hasta ahí.
Este logro no solo es resultado de mi esfuerzo, también forman parte de él mi mama (coach y fan #1), mi entrenador Edgar Cortina, familia, novio y un gran equipo de personas y amigos que van desde alimentar mi cuerpo hasta alimentar el corazón rodeándome de buena vibra en este camino.
Hay una frase que leí hace varios años en el instagram de Usain Bolt que resume a lo que me refiero y la tengo muy grabada «Don’t let small minds convince you that your dreams are too big»
Apenas han pasado unas semanas desde que lo corrí y no puedo parar de hablar de él todavía. Lo mejor de Boston no fueron los buenos números o lugares sino la confirmación de que «Todo es posible y que nadie puede decirme lo contrario».
¡Felicidades Alma Cardenas, nada te detiene! ¡Gran historia inspiradora!
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