Una buena planificación semanal de entrenamientos es esencial. Los días de descanso son muy importantes para que te recuperes del esfuerzo realizado. Mucha gente piensa que hay que entrenar duro todos los días y que cuantas más horas, mejor. Esto no es exactamente así, ya que es en los días de recuperación y descanso cuando más se mejora.
Para empezar, entrena 3 días a la semana con descansos. Es decir, puedes entrenar lunes, miércoles y viernes, descansando martes y jueves.
En los primeros entrenos puede venirte bien correr en un sitio conocido, pero con el paso de las sesiones, es importante cambiar de recorridos, para que no te estanques.
No debes hacer siempre el mismo tipo de entrenamiento y los mismos minutos. Lo ideal es que vayas aumentando progresivamente el tiempo y la distancia. Si no puedes, debido al cansancio, es mejor caminar a parar. Cuando te termines de recuperar, vuelve a trotar muy suave.
Según vayas avanzando en tus tiempos de carrera, es positivo que no solo hagas resistencia en largas distancias. Puedes hacer series (3 o 4 series) de 400 metros a mayor velocidad, realizar un trote de recuperación y volver a realizarlo. Para este tipo de entrenamiento es bueno conocer las distancias del lugar donde entrenes, una pista de atletismo o un campo de fútbol puede servirte perfectamente.
Otra buena opción es correr menos tiempo pero a mayor ritmo. No siempre ir aumentando el tiempo de carrera, sino aumentar la intensidad, disminuyendo el tiempo.
También pueden resultarte muy beneficiosas sesiones centradas en controlar la respiración (nariz-boca). Además, compaginar el correr con otros deportes o actividades como la natación o bicicleta, pueden ayudarte a mejorar tu resistencia aeróbica.
Semana a semana notarás una gran evolución. Se irán superando con mayor facilidad los momentos de fatiga y cada vez estarás más preparado para correr más tiempo y resistir mejor el cansancio, nada te detiene.