Notice: Undefined variable: fecha in /home/runcloud/webapps/runninglife/public/wp-content/plugins/sinetiks-anuncios/sinetiks-anuncios.php on line 345
Notice: Undefined variable: ads_fecha_inicial in /home/runcloud/webapps/runninglife/public/wp-content/plugins/sinetiks-anuncios/sinetiks-anuncios.php on line 345
Cuando escuchamos el nombre de Micah True, probablemente no sepamos a quien se refieran, pero cuanto se nombra a: Caballo Blanco, en automático sabemos de quien hablan, así es, del emblemático ultramaratonista «indio gringo» que hizo de la carrera su estilo de vida, teniendo una estrecha relación con los dueños de las Barrancas de Cobre: los rarámuris o mejor conocidos como Tarahumaras, quienes saltaron del anonimato por su virtuosa manera de correr.
Caballo Blanco, quien en realidad su nombre era Michael Randall Hickman, nació en 1954 en Boulder, Colorado. Hijo de un sargento de Artillería del Cuerpo de Marines, vivió durante su infancia en diversas bases del ejército norteamericano. En su época universitaria, estudió Historia Americana y Religiones Orientales, empezó a practicar boxeo ganando dinero para pagarse sus estudios. No le fue mal en este deporte y acabó boxeando profesionalmente con cierto éxito, entre 1974 y 1982, con el nombre de Mike “True” Hickman. El apodo de True se lo puso en homenaje a su viejo perro y ya quedaría con él para siempre. Y el posterior Micah estaría inspirado en el espíritu valiente e intrépido del profeta del Antiguo Testamento del mismo nombre.
NACIDOS PARA CORRER
Pero su verdadera pasión era correr. Una pasión que le había inculcado un curioso ermitaño de Maui, una de las islas de Hawaii, donde residió algún tiempo. Correr largas distancias y correr sólo, por la montaña, por cualquier sendero o camino por el que se pudiera sentir libre. Durante 20 años, Micah True siguió el mismo ritual: cada verano trabajaba duro haciendo mudanzas en su natal Boulder para ganar el dinero suficiente con el que vivir el resto del año allí donde podía hacer lo que más le gustaba: en las remotas montañas de México, corriendo y disfrutando de la libertad, haciendo entrenamientos interminables que sumaban con frecuencia más de 280 kilómetros semanales. “Decidí que iba a encontrar el mejor lugar del mundo para correr», y así fue –reconocería a Chris McDougall en una de sus conversaciones-. La primera vez que lo vi me quedé boquiabierto, diciendo: «Me excité tanto que no podía esperar a salir a correr. Estaba tan sobrecogido que no sabía por dónde empezar. Pero este es un terreno salvaje. Así que tuve que esperar un poco».
Así, conoció a los tarahumaras, considerados los corredores más resistentes del mundo, por los que pronto sintió verdadera fascinación, y entre los que vivió adaptándose a sus costumbres. Los tarahumaras son un pueblo muy tranquilo y humilde, pobladores de las salvajes e impenetrables Barrancas del Cobre, en el estado de Chihuahua, México, y poseedores de una resistencia descomunal que les permite correr cientos de kilómetros seguidos. Están genéticamente adaptados a las carreras de fondo, y para ellos es su estilo de vida. De ellos, True aprendió todo lo que necesitaba saber para terminar de forjar su talento para las largas distancias: su técnica de carrera, sus alimentos y bebidas llenos de energía y su curioso calzado, ya que corren calzando tan sólo huaraches, unas finas sandalias de cuero que ellos mismos se fabrican de manera artesanal. Con ellas, superó las molestias que arrastraba desde hacía años en el tendón de Aquiles, y nunca más se lesionaría.
Después de unos años en las Barrancas de Cobre conviviendo con los tarahumaras, Caballo Blanco se había hecho más fuerte, estaba más sano, y corría más rápido que nunca en su vida: “Todo mi enfoque hacia el hecho de correr ha cambiado desde que estoy aquí”, reconocería a McDougall. Pero, sobre todo, aprendió numerosas lecciones de vida para manejarse en un territorio tan hostil, tierra de sequías y cañones casi inaccesibles. En él, Micah True encontró su tierra prometida, y una hermosa forma de vivir que adquiría todo su sentido a través de la carrera de larga distancia, actividad con la que exploraba los límites de su resistencia: “Siempre estoy perdiéndome y teniendo que escalar, con una botella de agua entre los dientes y águilas volando por encima de mi cabeza. Es algo hermoso”, acentuaba Caballo Blanco.
COOPER CANYON ULTRA MARATHON
ULTRAMARATÓN DE LAS BARRANCAS DEL COBRE
Micah True es el personaje central del libro Born to Run Nacidos para correr de Christopher McDougall, escritor norteamericano que también se sintió fascinado por lo que eran capaces de hacer los tarahumaras. Colaborador de The New York Times, viajó hasta México para conocer a este pueblo y a su mejor embajador, el norteamericano que se hacía llamar Caballo Blanco. De lo que allí vio y vivió, y de sus charlas con True, salió todo un Best Seller, que ha vendido más de un millón de ejemplares en todo el mundo, y que disparó la fama y notoriedad de Caballo Blanco, quien se convertiría en un icono entre los corredores de largas distancias por su activismo y capacidad de superación. Amaba correr, y transmitía esa pasión a todos.
Fue el fundador y alma de una de las carreras de ultramaratón más famosas que jamás hayan existido: la Cooper Canyon Ultra Marathon (el ultramaratón de las Barrancas de Cobre), prueba anual que tiene su comienzo y final en la Plaza del pueblo de Urique, Chihuahua, y en la que participan sobre todo rarámuris. La carrera consta de 50 millas unos 80 kilómetros a través de desfiladeros y caminos pedregosos. Para Caballo Blanco, aquella prueba era mucho más que una simple competición deportiva: “Mientras algunos están en guerra en muchas partes del norte de México y del mundo, nosotros nos reunimos en lo más profundo del cañón para compartir con los nativos, comer, reír, bailar, correr y traer la paz”, comentaba Caballo Blanco.
Y mucho más que la paz, puesto que con esta carrera pretendía llevar algo de prosperidad al pueblo tarahumara. Por eso, además de dinero para los primeros clasificados, en la Cooper Canyon Ultra Marathon se reparten toneladas de alimento y semillas de maíz entre los raramuris que completan el recorrido. La primera edición de esta prueba se empezó a celebrar desde el año 2003.
El 27 de marzo de 2012, murió en el desierto de Sonora, solo, en libertad y haciendo lo que mas quería: correr. Tal y como siempre fue feliz. En una ocasión dejó escrito: “Si se me va a recordar por algo, me gustaría que fuera por mi autenticidad. No más. ¡Libre para correr!” Así sea.
Correr en libertad fue su vida y corriendo encontró la muerte en la frontera entre Arizona y Nuevo México. Micah True, conocido como Caballo Blanco, sigue siendo un espíritu libre y una leyenda del ultramaratón.